16 abril 2024

El propósito de los Estudios Geológico-Geotécnicos

Los estudios geológico-geotécnicos son requeridos para una gran cantidad de proyectos dentro del pliego de documentos de factibilidad técnica como insumo para los diseños de los mismos, sin embargo, en muchas situaciones estos no cumplen su propósito, debido a que no son debidamente planificados, no tienen claro su objetivo, o solo se usan como meros requisitos que deben presentarse. Por esto, el propósito de los estudios geológico-geotécnicos es lo primero que debe definirse antes de acometerlos.

La caracterización de un terreno persigue el objetivo de conocer las propiedades físicas y mecánicas de los materiales que constituyan el área de influencia a intervenir, especialmente a nivel de la infraestructura, por lo que definir los diferentes materiales que estén presentes, su distribución, capacidades y problemas que en ellos se pueden presentar es esencial, pero también acerca de la estabilidad de taludes circundantes, bien sea estos a excavar o ya existentes.

La caracterización de un terreno involucra el estudio de las condiciones superficiales y sub-superficiales de este, la distribución y calidad de los materiales y la situación del agua en ellos entre otros aspectos.

Para ello, es necesario seleccionar qué técnicas de trabajo y que propiedades se quiere conocer del subsuelo, estableciendo los equipos, tipos y cantidad de muestras, pruebas y cantidad de ellas a realizar, considerando un presupuesto usualmente limitado, y tiempos poco holgados para esto. Por tanto, se debe propender a un equilibrio de nivel de certidumbre técnica adecuada y economía que garantice que el estudio a desarrollar cumpla sus fines, lo cual también estará regulado por la relevancia de la obra para la cual este se requiere.

Elegir una propuesta de estudio solo considerando uno de estos aspectos (nivel de certidumbre técnica o economía), puede ir de lo poco realista a lo negligente. Si se va por el primer extremo se corre el riesgo de hacer un estudio muy costoso, en el que se redunde en información o tome demasiado tiempo de ejecución; y en algunos casos, en el que se soliciten pruebas que carezcan de utilidad directa para el proyecto o que no sean necesarias; si se va por el extremo opuesto, el estudio puede ser poco útil al ser imprecisa o incompleta la información obtenida, o en el peor de los casos, que no caracterice los elementos o problemáticas relevantes del terreno, por lo que se tenga una documento que en contenido no sea un estudio geológico-geotécnico a cabalidad.

Algo que sin lugar a duda debe considerarse, es que un estudio que no aporte comentarios de valor, interpretaciones sustentadas sobre los resultados, una integración de la información y conclusiones bien fundamentadas, no constituye un estudio responsable que cumpla con los estándares técnicos mínimos.

Quien redacta un estudio geológico-geotécnico debe hacerlo para que este sea de fácil comprensión, y con la información organizada procedimentalmente respecto a distintos aspectos como, por ejemplo: el tipo de materiales identificados, espesores, procedencia, plasticidad, situación del nivel freático, capacidad portante, problemas geotécnicos detectados, entre otros, todos ellos cuanto deban determinarse y comentarse, tanto si son definidos en los objetivos requeridos para el estudio, como por la experticia de los profesionales participantes.

Los resultados de un estudio, más allá de las cifras y las descripciones básicas requieren de una lectura y “traducción” de parte del especialista responsable del estudio, que lleve a términos prácticos lo que estos representan, una curva granulométrica por ejemplo es una fuente para muchas consideraciones, al igual que los límites de Atterberg, que, si solo se presentan como un producto y de forma aislada, pierden parte de su transcendencia, y esto a sabiendas que son propiedades índice y que existen muchos otros datos más que pueden aportar datos importantes.

La realización de muestreos y medición de propiedades a distintas profundidades y en diferentes puntos puede permitir la elaboración de perfiles que permitan interpretaciones valiosas sobre el subsuelo y que pueden ser de mayor interés que los datos mostrados de manera separada.

Los ensayos granulométricos y sus respectivas curvas granulométricas son un elemento común en la mayoría de los estudios geotécnicos para caracterizar los suelos.

Finalmente, debe resaltarse la experiencia práctica y el conocimiento teórico de los profesionales que participen en la propuesta y ejecución de estos estudios, acompañada de la intuición que permita en reconocimientos en campo, definir el tipo de pruebas de campo, el número de las mismas y ubicación de estas que se pretenda realizar, además, del saber “leer y entender” los resultados que estas aporten; por lo cual, quien requiera un estudio geológico-geotécnico deberá primero definir qué necesita conocer, para qué empleará la información obtenida y a quién confiará la tarea de realizar estos trabajos.

Evaluación Rápida de la Seguridad Estructural de Instalaciones Hospitalarias

Las instalaciones hospitalarias forman parte de las líneas vitales en todas las comunidades por lo que la revisión de su condición y seguridad es fundamental tanto luego de la ocurrencia de desastres como durante su vida útil como parte de un plan de gestión de riesgos a nivel municipal, estadal o nacional. Una técnica bastante eficiente para poder tomar decisiones respecto al nivel de daños que una estructura puede presentar es la evaluación rápida de su seguridad estructural, la cual se realiza mediante una inspección ocular a toda la edificación, determinando el nivel de daños y los elementos afectados, para en conjunto poder calificar el grado de ruina de la estructura y las medidas inmediatas a implementar.

En el caso específico de una instalación hospitalaria que ya presente deterioro, es importante que estos sean registrados, así como la evolución de los mismos, pero con mayor relevancia, debe diagnosticarse la causa de los daños, pues dado el uso como instalación de asistencia sanitaria y de emergencias de los centros hospitalarios, los cuales en muchos casos representan instalaciones únicas en una región para el servicio de la comunidad, su operatividad debe procurarse como una prioridad.

En la evaluación rápida de la seguridad estructural se diferenciarán los daños de tipo estructural de los no estructurales, así como el estado seguro de los servicios asociados a la instalación en cuestión, que en el caso de una edificación hospitalaria involucran no solamente las instalaciones eléctricas y de agua, sino las de suministro de gases de uso médico como el oxígeno o el nitrógeno básicamente, de igual manera, el estado de los accesos entre niveles (superiores e inferiores) y perimetrales a la edificación.

Los daños que una edificación presente pueden afectar a las instalación eléctricas, de agua y de gas, por lo que estas deben ser revisadas.

En una inspección ocular correspondiente a una investigación forense estructural preliminar debe detallarse de forma diligente y generalizada, tanto la situación del terreno donde se emplaza la estructura, como los daños manifiestos de estas y de edificaciones vecinas. El acceso a registros fotográficos, planos de la edificación, inspecciones previas e incluso testimonios puede brindar valiosa información que permita conocer más allá de lo observado, la sintomatología y desarrollo de patologías que pudiera presentar la edificación.

Dentro de lo que debe entenderse como una evaluación de riesgos en un centro hospitalario deben diferenciarse lo que son los riesgos estructurales y de emplazamiento, los riesgos funcionales, y los riesgos asociados a amenazas externas de índole natural o tecnológico. En la ejecución de una evaluación rápida, si bien el centro de atención se enfoca en la primera clase de riesgos referida, el reconocimiento de cualquier otro tipo de peligros vale la mención, pues el fin último de este tipo de evaluaciones es conducir a la definición de la continuidad operativa de la instalación o su cese y desalojo preventivo o definitivo, en cuyo caso corresponde la realización de un estudio forense de mayor profundidad y alcance, en los que evaluaciones geológico-geotécnicas, estructurales, funcionales e incluso de salubridad, conduzcan a la identificación y propuesta de medidas para la recuperación y rehabilitación del centro hospitalario o su clausura y demolición.

Como acciones inmediatas que pueden realizarse cuando aún no se ha definido el desalojo preventivo o definitivo de una edificación está el registro de fisuras y grietas, tanto del momento de su aparición como del de desarrollo (longitud y espaciamiento) que estas presenten, lo cual se puede realizar mediante el empleo de fisurómetros o «testigos de control» que no son más que marcas que se hacen sobre los elementos; adicionalmente, es prudente revisar si existen puertas o ventanas que se traben, tuberías que se rompen, presencia de elementos de acero expuesto, fugas considerables en tanques de agua, marcas de humedad en paredes, desniveles en el suelo, entre otras anomalías.

Entre las herramientas empleadas en las evaluaciones rápidas están los niveles de albañil, fisurómetros, cintas métricas, navajas, reglas, y cualquier otro instrumento que para la determinación de la gravedad de daños observados.

El pasado 28 de julio de 2022, a raíz de una invitación del Programa de desastres naturales, brotes y emergencias en salud pública del Servicio de Departamental de Salud de Cochabamba en Bolivia (SEDES), Sobreriesgos realizó una evaluación rápida de la seguridad estructural del Hospital de Parotani en el municipio Sipe Sipe como colaboración a esa dependencia y sus usuarios, esta evaluación se ejecutó mediante una inspección ocular en toda la edificación, en compañía de autoridades municipales, departamentales y de representantes de la comunidad, quienes compartieron testimonios de la problemática que esta instalación construida en el al 2013 ha venido presentando hasta la actualidad.

Personal del Hospital de Parotani, funcionarios municipales, del SEDES-Cochabamba y miembros de la comunidad acompañando el desarrollo de la inspección ocular de daños en la institución.

Es importante que las instituciones a cargo de este tipo de instalaciones programen y lleven a cabo evaluaciones similares para reducir la exposición de los usuarios y el personal que labora en ellas a riesgos asociados al deterioro de la infraestructura, además, de poder detectar oportunamente problemas que puedan ser corregidos sin incurrir en gastos considerables debido al avance progresivo de los problemas y los daños que estos producen.

Estado de pared externa de uno de los bloques del hospital inspeccionado.

Entrevista al Dr. Nick Barton.

El pasado año se celebró en la ciudad de Cochabamba el I Congreso Boliviano de Geomecánica, allí tuvimos el privilegio de asistir a las conferencias dadas por el Dr. Nick Barton, autor de 260 publicaciones de geotecnia y creador del sistema Q para clasificación de macizos rocosos, de los parámetros de resistencia al corte de discontinuidades de macizos rocosos JRC y JCS, de los métodos QTB y Q SLOPE y co-desarrollador de las leyes constitutivas Barton-Bandis entre otros méritos. Fue en ese mismo evento en que tuvimos la oportunidad de realizarle una breve entrevista al Dr. Barton, que a continuación transcribimos:

Entrevista: (P: Pregunta, NB: Nick Barton)

P: ¿Cuál es el principal desafío que los ingenieros geotecnistas deben superar en el siglo XXI?

NB: Es una pregunta importante. Me voy a referir a una cuestión que se ha planteado desde hace años y que es uno de los problemas clave en la ingeniería de rocas en cuanto a la durabilidad de los parámetros de resistencia interna. Referido al modelo de Mohr-Coulomb, que ha sido utilizado históricamente, el cual característicamente utiliza los parámetros cohesión y ángulo de fricción interna, usualmente se plantea una degradación con el tiempo de las propiedades cohesivas de las rocas pero manteniendo las propiedades friccionantes. Esto debería estudiarse mejor para poder también reducir las propiedades friccionantes y describir así correctamente los esfuerzos de cizalla en los macizos rocosos. Algunas personas ya están haciendo esto.

Por ejemplo, al monitorearse la falla progresiva en un talud, lo que no ocurre instantáneamente, sino por etapas hasta alcanzar la falla, los parámetros friccionantes deben ir degradándose gradualmente. Esa es la razón por la que muchos datos no resultan lógicos en la descripción de la resistencia a los esfuerzos en modelos numéricos, y estos modelos terminan siendo incorrectos. Necesitamos hacer desarrollos en esa materia y mejorar esto en los siguientes cincuenta años pues no se hizo suficientemente bien en los últimos 50 años.

P: Considerando su último comentario, ¿considera más relevante la experiencia del profesional que el sustento de un modelo numérico?

NB: Sobre eso tuve un muy interesante caso hace unos diez años, con un paquete informático que tenía el modelo más usado por muchas personas en ese momento y que aún muchos usan. Este modelo fallaba en la predicción de zonas plásticas alrededor de un pequeño túnel, indicando zonas plásticas que realmente no existían, y mostrando condiciones que definían toda una zona dañada debido, precisamente, a los resultados numéricos imprecisos de esta interpretación errada.

Mientras ocurría la discusión se agotó el tiempo estipulado para los trabajos, tras lo cual debió actuar el inversor de la obra. Estas personas trataron de argumentar que todo el material estaba plastificado y que por lo tanto, el túnel no estaba diseñado con el  soporte estructural adecuado. Pero eso era en realidad una exageración total del modelo numérico, el cual no concordaba con la práctica usual y los resultados estaban fuera de la lógica. Por ello, yo me inclino más al uso de los sistemas de clasificación de macizos que al de los modelos numéricos, pues en la práctica de la mecánica de rocas el empirismo que se desarrolla con estos sistemas se acerca mucho más a la realidad, mientras que los modelos numéricos se apoyan en muchos supuestos que quienes los utilizan eventualmente no los conocen bien y los conducen a interpretaciones equivocadas.

P: En su criterio, ¿cuál es la más potente herramienta que los estudiantes y nuevos ingenieros geotecnistas deben aprender a utilizar para un buen desempeño profesional?

NB: Es muy importante que los nuevos profesionales aprendan a usar las herramientas adecuadas. Esto no es tan fácil y necesita ser más desarrollado. Quisiera hablar de dos puntos que considero fundamentales como herramientas:

El primer punto es respecto a las perforaciones. Es muy común que los ingenieros traten de resolver sus interpretaciones solo a partir de perforaciones verticales, cuando con estas es realmente poco probable que se puedan interceptar todos los planos de discontinuidades que deben ser observados. Por este motivo pienso que debería recurrirse a utilizar perforaciones inclinadas complementarias para tener una interpretación más completa y realista.

El segundo punto tiene que ver con el modelo de caracterización geomecánica. Considero que los nuevos ingenieros deberían usar el Sistema Q de clasificación en lugar de otros sistemas porque el sistema Q define un rango de magnitudes en vez de un solo orden de magnitud. Este sistema permite caracterizar un amplio rango con el que se puede describir la naturaleza en los macizos rocosos de manera más realista, lo que nos lleva a una ecuación muy simple que hasta ahora funciona, y que tiene propiedades valiosas con muchos casos registrados. El sistema Q es como un proceso de aprendizaje, en el que los registros de casos que se tienen nos deben indicar qué acciones deben tomarse.

Hacia el final de esta amena entrevista, quisimos conocer la opinión del Dr. Barton sobre las aplicaciones desarrolladas para los celulares que permiten usar el sistema de clasificación Q y otros similares.  Su respuesta la transmitió con una sencillez que pocas personas del calibre de su genio mantienen tras una carrera de tantos logros profesionales y contribuciones a la proyección del estado del arte de una ciencia aplicada:

NB: Tengo referencia de esas aplicaciones, pero el hecho es que yo no uso teléfonos celulares, me rehúso a ello, utilizo mi computador cuando lo necesito, y esto ocurre varias veces al día, pero prefiero no tener que cargar con un computador todo el tiempo en mi bolsillo.

De esta forma culminó la entrevista que hicimos al Dr. Nick Barton, quien además de un gran profesional demostró mucha calidez, cordialidad y buen humor.

*Agradecemos la colaboración en la transcripción del Prof. Wagdi Naime.

Seminario de Sistemas de Ventilación para Minería Subterránea

El pasado 25 de junio se realizó el seminario de ventilación para minería subterránea y obras afines bajo la modalidad online, en el cual participaron como expositores seis especialistas desde Bolivia, Brasil, Canadá, México y Perú, en representación de ABC Ventilation, DSI Underground, SRK Consulting, Nexa Resources y Sobreriesgos. El programa que se siguió en el seminario fue el siguiente:

• Riesgos en ventilación subterránea (Miguel Ángel Morales – Sobreriesgos, Bolivia)
• Ejecución de proyectos de ventilación en tiempos y entornos complejos (Luiz Oliveira- Nexa Resources, Brasil)
• Auditorías de Ventilación y actualización de modelos (Luis Daniel Gutierrez – SRK Consulting, Perú)
• Ventiladores de alto desempeño (Gary Thorinson – ABC Ventilation, Canada)
• Ductos de Ventilación de alto desempeño (Othon Sanchez – DSI Underground, Mexico)
• Eficiencia energética en sistemas de ventilación (Ángel Herrera- DSI Underground, Perú)

Tuvimos la participación remota en el evento de más de 100 profesionales de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela, los cuales pudieron plantear sus consultas al panel de especialistas y obtener la aclaración de las mismas de parte de este calificado grupo de expertos.

Vale destacar la relevancia de la ventilación en los procesos constructivos y operativos en la minería pues esta cumple la función de hacer circular por el interior de las obras subterráneas el suficiente aire para garantizar que la atmósfera sea respirable y segura para los trabajadores, mediante el uso de ventiladores, ayudando entre otros aspectos a controlar la temperatura y la humedad en el entorno de trabajo, con lo que se previenen una serie de riesgos que inciden física, económica y operativamente.

Entre otros puntos se expusieron los principales riesgos asociados a ventilación deficiente, casos de auditoria de sistemas de ventilación, y la ejecución de estos proyectos en condiciones y tiempos de alta exigencia, lo que requiere de la puesta en operación de sistemas óptimos y eficientes.

Sobreriesgos seguirá apoyando la realización de estos seminarios, aportando el enfoque de la prevención de accidentes y la reducción de riesgos operacionales para la minería y otros tipos de obras subterráneas junto a ABC Ventilation y DSI Underground, por lo que próximamente notificaremos de nuevas actividades a realizar en esta materia.

 

Cambio Climático en tiempos de pandemia. Entrevista al Dr. Juan Carlos Sánchez.

Tiempo atrás en Venezuela, tuve el gran gusto de compartir con el Dr. Juan Carlos Sánchez, en un ciclo de conferencias que se realizó en varias ciudades del país sobre Cambio Climático, como iniciativa de la Sub-Comisión Parlamentaria sobre Cambio Climático de manos de la asambleísta María Gabriela Hernández. El Dr. Juan Carlos Sánchez posee una muy amplia trayectoria respecto al estudio del Cambio Climático y la divulgación del mismo, es Ingeniero Industrial y Doctor en Ciencias Ambientales del Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas de Francia, con más de 35 años de experiencia profesional de los cuales trabajó durante 22 años en proyectos ambientales en la industria petrolera y petroquímica de Venezuela, fue asesor técnico de las Delegaciones Venezolanas que participaron en las Negociaciones de la Convención de Cambios Climáticos y del Protocolo de Kioto de Naciones Unidas entre 1989 y 2001 y es Co-ganador del Premio Nobel de la Paz 2007 por su contribución a los trabajos de mitigación del cambio climático en el Panel de Expertos de Naciones Unidas.

El Dr. Juan Carlos Sánchez fue co-ganador del Premio Nobel de la Paz en el año 2007.

Actualmente, en medio de la pandemia que representa el COVID-19 y que domina la necesidad informativa global, han surgido muchas voces que plantean los efectos positivos sobre el ambiente de las cuarentenas que muchos Estados han impuesto, pero que sin duda tendrán impactos económicos que aún es complicado poder determinar, realicé esta entrevista a este experto acerca del Cambio Climático y algunos temas relacionados al mismo. A continuación, les comparto las interrogantes planteadas al Dr. Sánchez y sus repuestas:

¿Tiene alguna relación el Cambio Climático con la reaparición de enfermedades que habían sido superadas y la generación de epidemias?

El cambio climático guarda una estrecha relación con los problemas de salud. El Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU, en su tercer informe de evaluación, del 2001, afirmó que «El cambio climático puede afectar a la salud de manera directa, como consecuencia de temperaturas demasiado altas o bajas, pérdida de vidas y lesiones ocasionadas  por inundaciones y tormentas, e indirecta, por la alteración de la propagación del alcance de los vectores de enfermedades, como los mosquitos, y de los agentes patógenos transmitidos por el agua, así como por el deterioro de la calidad del agua, la calidad del aire, y la calidad y disponibilidad de los alimentos. El impacto real en la salud dependerá mucho de las condiciones ambientales locales y las circunstancias socioeconómicas, así como de las diversas condiciones sociales, institucionales, tecnológicas y del comportamiento orientado a reducir las amenazas para la salud.»

El cambio del clima, sin duda, influye en las epidemias al crear las condiciones para la difusión y proliferación de vectores y patógenos en localidades donde estos antes no existían. Sin embargo, este no es el único factor que incide en la aparición de las epidemias.  A la vez que estamos alterando el clima también estamos invadiendo los bosques tropicales y otros ecosistemas que albergan numerosas especies animales y vegetales, capaces de albergar muchos virus desconocidos. Cortamos los árboles, matamos a los animales salvajes o los enviamos a los mercados para su consumo, degradamos los ecosistemas y eliminamos los huéspedes naturales de los virus. Cuando esto sucede, los virus tienden a buscar otros huéspedes, y probablemente esos huéspedes seamos nosotros.

El COVID-19 Se detectó por primera vez en la ciudad china de Wuhan (provincia de Hubei, China) en diciembre de 2019.

¿Es real el impacto en el ambiente de la cuarentena que en muchas partes del mundo se está ejerciendo?

La cuarentena ha obligado a detener numerosas actividades industriales generadoras de gases de efecto invernadero y gases contaminantes del aire, el beneficio ambiental de esta parálisis se ha observado y documentado en China y en Europa. Probablemente se observe esta misma tendencia en Norteamérica en las próximas semanas. La observación inmediata de muchos de estos gases en la atmósfera ha sido posible gracias al desarrollo de equipos de detección y medición instalados en satélites. También se ha producido una reducción de los gases emitidos por el sector transporte, aunque la contribución de este sector al problema del cambio climático es comparativamente inferior cuando se le contrasta con las emisiones industriales.

Sin embargo, este es un beneficio ambiental coyuntural, momentáneo, porque una vez que pase la pandemia y se retomen las actividades industriales y de transporte, los niveles de contaminación y de dióxido de carbono equivalente en la atmósfera volverán a sus valores previos. Lo que no resulta fácil de anticipar es cuando se alcanzarán esos valores de nuevo, porque además del fin de la pandemia se requerirá salir de la recesión económica resultante, lo cual no ocurrirá de inmediato. Me gustaría que la experiencia del COVID-19 indujese algunos cambios sociales, que la pandemia nos induzca a reducir las costumbres de viajar en avión, a preferir el consumo de bienes locales, que muchas de las empresas extranjeras localizadas en China retornen a sus países de origen, que haya más teletrabajo y educación a distancia, menos turismo internacional, todo lo cual, en su conjunto, reduciría las emisiones de gases, pero todo esto está por verse.

¿Quiénes son más sensibles al cambio climático?

Todo el mundo se verá afectado de alguna manera por el cambio climático, pero algunas personas van a ser más impactadas que otras. En algunos casos, es porque viven en áreas más vulnerables o más expuestas a las consecuencias del cambio climático, bien sea porque viven en una zona inundable, en un terreno inestable o donde es más probable que se desate un incendio forestal. En otros casos, es porque las personas tienen menos acceso a los recursos que les ayudarían a recuperarse de tales eventos. Las comunidades más pobres sufrirán las peores consecuencias. En tal sentido el cambio climático es un problema muy injusto porque en general, esas comunidades son las que menos gases de efecto invernadero emiten.

A principios del 2020 se reportaron severas inundaciones en Brasil, Egipto, España, Italia e Indonesia.

¿Qué tienen que hacer los Estados para reducir el impacto no solo sobre el cambio climático sino en general sobre las actividades industriales que degradan al ambiente?

La respuesta a esa pregunta podría ser muy extensa, pero trataré de formular una respuesta breve a riesgo de simplificar indebidamente el problema. Debemos reconocer, de entrada, que el cambio climático es un problema de todos no solo de los Estados, todos participamos en la emisión de gases de efecto invernadero, y esto es distinto de la degradación ambiental ocasionada por las industrias, que si tiene un responsable bien definido y que debe apegarse a las leyes ambientales establecidas para poder realizar sus actividades. Si no las cumplen o si estas son insuficientes le corresponde al Estado actuar y aplicar correctivos.

Con respecto al cambio climático, los Estados deberían actuar con la misma determinación con que lo están haciendo contra la pandemia COVID-19, pero no lo hacen, y ello obedece a que solo actúan ante la inminencia del riesgo y no ante su magnitud. Si bien el cambio climático no se manifiesta con tanta celeridad como la pandemia, su magnitud seguramente será mayor.

Creo que podemos aprender de la experiencia que nos está dejando la pandemia, porque de la misma forma en que ésta será controlada, que es con una combinación de desarrollo tecnológico (vacuna y mejores sistemas de salud) y cambio del comportamiento de las personas (lavarse bien las manos, distanciamiento social, confinamiento en casa), el cambio climático también puede enfrentarse con una combinación de cambio tecnológico (energías renovables, reciclaje de residuos, edificios verdes, etc.) y de comportamiento (producción y consumo de bienes en cantidades racionales, eliminación de lo superfluo, ahorro de energía, uso más frecuente del transporte público, reducir los viajes a lugares remotos, etc.)

Respecto a los objetivos para el desarrollo sostenible, ¿qué tan lejos estamos de cumplir con al menos uno de ellos?

La crisis actual es la de un mundo desestabilizado, y las causas fundamentales de esta crisis son dos: la degradación de los ecosistemas y el mal estado de los sistemas de salud. Esas dos razones hacen que seamos muy vulnerables, pero el trasfondo es que tenemos una situación de insostenibilidad. Venimos hablando de desarrollo sostenible desde 1987, es decir, desde hace más de 30 años, y todavía no vemos un avance significativo en esa dirección. Las dos razones que mencioné como causantes de la desestabilización actual reflejan lo mal que estamos en los aspectos ambientales y sociales. Ello debería conducir a una reflexión acerca del modelo de desarrollo prevaleciente que procura un crecimiento económico ilimitado, fundamentado en el productivismo y el consumismo, que no termina de resolver lo social y degrada el ambiente. Sería entonces el momento de pensar e intentar un modelo que produzca solo lo necesario para consumir racionalmente lo indispensable, y así moderar las consecuencias sobre el ambiente. Si el mundo se estuviera desarrollando de manera sostenible, probablemente no hubiera ocurrido la pandemia.

En cuanto a los indicadores, uno de los más importantes es el de la pobreza, que se ha estado reduciendo en las últimas dos décadas según las estadísticas del Banco Mundial y de la Universidad de Oxford. Actualmente 8,6% de la población mundial vive en la pobreza extrema, es decir viven con menos de 1,9 US$ al día, contra 36% en 1999. Sin embargo, la meta de eliminar la pobreza en 2030 no se va a cumplir. Se había estimado que para esa fecha todavía entre 5 y 6% de la población mundial seguiría en pobreza extrema, pero desafortunadamente este estimado tampoco se va a lograr debido a la pandemia del COVID-19 por la recesión económica mundial que está ocasionando. Los países se han visto obligados a invertir enormes sumas de dinero para dotar a sus hospitales y para tratar de proteger algunos de los sectores de la economía, y la mayoría de los países están muy endeudados. Buena parte de esas deudas no podrán ser pagadas, así que se cerrarán comercios y fábricas, se perderán muchos empleos, en consecuencia, inevitablemente va a aumentar el número de pobres, esfumándose así los esfuerzos realizados en los últimos años para reducir la pobreza.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron concertados por la ONU en 2015 como parte de la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible.

¿Sigue activo el Panel Intergubernamental del Cambio Climático? ¿Se han manifestado respecto a la pandemia y qué trabajos están realizando actualmente?

Efectivamente, el Panel sigue activo. Este Panel, cuyo objetivo es proporcionar a los países información científica que puedan utilizar para desarrollar políticas climáticas, y aportar información clave para las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, se encuentra en este momento trabajando en la elaboración del sexto informe de evaluación del clima.

Los últimos tres informes especiales elaborados por el Panel en 2018 y 2019, que abordaron los temas del calentamiento global hasta 1,5 °C, el cambio climático en tierra y el cambio climático en el océano y la criosfera, ofrecieron a los gobiernos de los países una información detallada acerca de las graves consecuencias del problema y cómo afrontarlas. Se esperaba que los países, en conocimiento de la gravedad de la situación, reforzaran sus compromisos bajo el Acuerdo Internacional de París, durante la COP 25 celebrada en diciembre pasado en Madrid, pero ello no ocurrió. Las razones fueron múltiples: por una parte, el trabajo preparatorio previo de los países en Naciones Unidas para esta COP fue insuficiente, se hizo muy poco lobby diplomático previo debido quizás a los cambios de sede imprevistos, y hubo poca o ninguna voluntad política de parte de algunos gobiernos.

En el presente año entra en vigor el Acuerdo de París, y los países deberán comenzar a cumplir con sus contribuciones y compromisos asumidos, sin embargo, la pandemia ha obligado a posponer las reuniones internacionales que estaban previstas, tanto la COP26 contemplada en Glasgow para finales del presenta año, como las reuniones del Panel para avanzar el 6to informe. En síntesis, la pandemia retrasará la coordinación de los esfuerzos para luchar contra el cambio climático, y probablemente la recesión económica resultante reducirá los recursos destinados para tal fin, lo cual incidirá en las actividades del Panel, pero es aún muy temprano para determinar en qué medida.

*Para quienes quieran conocer más de las actividades e investigaciones del Dr. Juan Carlos Sánchez pueden visitar su web: http://verdelatierra.com/