Los Valles del Tuy se ubican dentro de una región sísmicamente activa, controlada estructuralmente por un Sistema de fallas conformado por la falla de Tácata y la falla de La Victoria, siendo la falla activa precursora por referencia de los movimientos telúricos en esta área la falla de Tácata (estructura geológica que presenta un plano oblicuo). Mayormente los suelos de esta región son limosos y arcillosos, lo cual aun día demanda la construcción de viviendas especiales. Dentro del registro histórico de eventos sísmicos relevantes en los Valles del Tuy es el sismo más antiguo del que se tiene información el del 11 de junio de 1641, reseñándose otros eventos similares en los años 1766 y 1812.

Cúa, la capital del municipio Urdaneta, como ciudad tiene la particularidad de haber sido reubicada debido a la ocurrencia de movimientos sísmicos que afectaron sus previas locaciones (La primera capital denominada Santa Rosa de Marín fue devastada por el sismo de 1641). El 12 de abril de 1878 aproximadamente a las 8:45 pm se generó un fuerte movimiento sísmico con una intensidad aproximada de 6.3 en la escala de Ritcher y una intensidad equivalente de 8 en la escala de Mercalli.

El epicentro de este terremoto pudo ubicarse entre las poblaciones de Cúa y Ocumare del Tuy, siendo destruida en ese evento la villa de Cúa y afectadas las poblaciones de Charallave, Ocumare del Tuy, Santa Teresa del Tuy, San Francisco, Tácata y San Casimiro. El registro total de afectaciones y pérdidas por este evento difiere según varias fuentes de información, siendo para esa época reseñado entre 400 a 2000 muertes (el censo del comerciante local Andrés de La Morena indica sin embargo una cifra no superior a los 70 fallecidos), el colapso total del templo (solo sobrevivió una columna y su capitel), centenares de viviendas colapsadas, y la devastación de las Haciendas: La Consolación, El Palmar, San Rafael, El Conde, Souza, Tovar, Mendoza, Calabozo, Piñate, Santa Bárbara y Oviedo y daños menores en las poblaciones aledañas previamente citadas.
Reseñas sobre testimonios de los pobladores refieren la ocurrencia de hundimientos del terreno y el haber oído crujidos fuertes. El hecho de que este evento ocurriese pocos días antes de la semana santa y sucesos relacionados a un párroco local (José María Céspedes) le confirieron elementos sobrenaturales dentro de los pobladores. Luego de la devastación la población de Cúa recibió la visita del Presidente de la República Francisco Linares Alcántara quien recorrió las áreas afectadas, dándole a este evento una connotación nacional. Otro elemento de interés se presenta como un efecto co-sísmico a la ocurrencia de este fenómeno, ya que como iniciativa para la asistencia de las personas afectadas el “Colegio Smith” conformó una Junta Benéfica de carácter voluntario que entre sus objetivos se planteó la construcción de un orfanato que diera hogar temporal a los niños huérfanos a causa del terremoto; dicha institución logró brindar asistencia no solo a los niños de la región ya que también recibía infantes de la ciudad capital.

Un hecho poco conocido es que fue en ese orfanato donde se dio la primera consulta médica exclusivamente pediátrica en el país. De esa prospera ciudad cuyo desarrollo violentamente fue interrumpido luego del terremoto de 1878 sobreviven pocos vestigios heredados en la memoria de algunos pobladores. Los Valles del Tuy siguen siendo considerados una zona sísmicamente activa, sus suelos han seguido constituyéndose por sedimentos transportados por el río Tuy y sus afluentes (limos y arcillas), y su población ha olvidado en gran parte ese dinámico pasado sísmico que en más de una oportunidad afectó a las florecientes villas del Tuy y del cual el Terremoto del 12 de abril de 1878 es uno de lo eventos sísmicos más contundentes generados en el Estado Miranda en Venezuela.