22 septiembre 2023

Flujos de detritos de Tiquipaya: la reincidencia en los errores

En el año 2018 realizamos una investigación titulada “Identificación de procesos asociados a la generación de flujos de detritos en Tiquipaya” a raíz de los desastres producidos en esa región del departamento de Cochabamba en Bolivia durante el mes de febrero de 2018, este trabajo fue presentado en el Congreso Geológico de Chile del 2018 y en el Foro Internacional de Gestión de Riesgos de Desastres celebrado en Ecuador en noviembre de 2019, en el cual se analizaban las condiciones ambientales y los procesos antropogénicos que incidían negativamente sobre el Parque Nacional Tunari.

Entre estas condiciones y procesos se incluían el aumento de la presión urbana en los límites del parque, la elevación del número de incendios al año, la reducción de áreas boscosas, la intensificación de procesos erosivos y extractivos, la generación de diques naturales, la ocupación de áreas naturales de inundación y el aumento extraordinario de la pluviosidad.

El Parque Nacional Tunari sufre una elevada presión urbana en la que nuevas ocupaciones se instalan en sitios donde se localizan abanicos aluviales (flechas azules), constituyendo una situación de riesgo debido al continuo aporte de material en estas zonas. Parte del trabajo de investigación realizado por Sobreriesgos.

Desafortunadamente, los mismos procesos que se señalaron en ese trabajo se mantienen presentes, y en muy breve lapso han contribuido en la materialización de un nuevo desastre, el cual ocurre en el mismo mes a dos años de la pasada tragedia, y que en el registro histórico incluido en la investigación citada ya reflejaba eventos similares en los años 2013, 2015, 2016 y 2017, además del abordado en el trabajo del 2018. En esta última ocasión, la zona más afectada fue Molle Molle Noreste, en el distrito 5 de Tiquipaya (foto del encabezado cortesía del Ing. David Suntura).

Efecto de los flujos de detritos producidos en el 2020. Fuente. diario La Razón.

Ante una frecuencia tan elevada es más que necesario cuestionarse, es ¿si la población que reside en las zonas afectadas percibe adecuadamente los riesgos ambientales?, ¿las gestiones gubernamentales municipales y departamentales han gestionado la problemática de manera correcta?, ¿cuántas veces deben repetirse estos eventos para que se trabaje en la prevención de los desastres?

Es claro que este es un escenario complejo en el que se ha reincidido en una conducta reactiva sobre la preventiva, y que no se han corregido de fondo las causas por lo cual las consecuencias son muy similares, por lo que los errores se siguen repitiendo. Pero lo que más habría que lamentar es que los recursos invertidos en tareas para la recuperación como son la remoción de fango, la reparación de vías y torrenteras, la atención a damnificados y la reparación de viviendas, ha podido invertirse en mantener los cauces limpios, reforestar las áreas verdes, construir represas para control de sedimentos, capacitar a la población e implementar sistemas de alerta temprana, en general, en prevención, lo cual además de ser más redituable también protege a la población y reduce los gastos en acciones reactivas.

*Agradecimiento especial por el registro fotográfico y datos al Ing. David Suntura.

Seguridad Estructural ante desastres en líneas vitales sanitarias

En el mes de octubre SOBRERIESGOS participó en el “I Foro Internacional Optimización de la Gestión de la Infraestructura de Saneamiento Básico – Riesgos de Desastres Urbanos”, el cual fue realizado en la ciudad de La Paz (Bolivia), presentando la conferencia Aspectos de Seguridad Estructural ante desastres en líneas vitales sanitarias, este evento fue organizado por la Escuela Militar de Ingeniería, JICA y el Grupo de Gestión de Riesgos de FELACBEJA.

Cartel del evento.

La Seguridad Estructural

La seguridad estructural se refiere a una serie condiciones que deben cumplir los edificios para considerar que las actividades para los que fueron diseñados pueden realizarse de forma segura, condiciones que aplican tanto para el uso previsto del edificio como para su periodo de construcción.

Su objetivo es prevenir el desastre secundario debido al daño de edificios en las zonas afectadas. Esto implica, que las edificaciones puedan dañarse sin llegar a poner en riesgo a sus ocupantes o a personas que se encuentren cerca de ellos, de la misma forma que funcionan los sistemas de absorción de energía por impactos en los vehículos, con estructuras de deformación programadas que reducen la energía que recibe el ocupante; de esta forma, se deben diseñar las edificaciones para que puedan aislarse del medio que transmite la energía que produce las deformaciones y los subsiguientes daños o para que se reduzca el efecto de esa energía disipando la mayor parte de la misma.

Lo anterior es esencialmente el propósito del diseño sismorresistente, que en el caso de los componentes de una línea vital sanitaria (instalaciones hospitalarias y asistenciales), es fundamental, pues los mismos, así como lo hacen los órganos vitales en el cuerpo humano, desempeñan funciones que no deben verse comprometidas bajo ninguna circunstancia. El colapso de una edificación debido a daños muy severos, se cataloga como parte de los efectos co-sísmicos de orden estructural esperados en instalaciones que no han sido diseñadas de manera sismorresistente o adecuadas para tal fin.

Desastres como los producidos luego de la ocurrencia de los sismos de Haití (2010) y Ecuador (2016), dejaron en evidencia las falencias de edificaciones hospitalarias respecto a la seguridad estructural, con consecuencias muy graves que dificultaron la provisión de la asistencia humanitaria a los afectados en estos eventos.

Hospital Turgeau (Haití), luego del terremoto del 12 de enero de 2010.

Esto deja claro que es necesaria una revisión y evaluación oportuna de las edificaciones existentes, en especial de  aquellas que constituyen las líneas vitales. Esto tendrá mejores resultados si se articula desde el nivel municipal hasta el nivel nacional, como una estrategia para la gestión de riesgos de desastres enmarcada en la prevención, en la que los profesionales del área estructural y patológica cumplen un rol protagónico.

Título de la conferencia impartida por SOBRERIESGOS.

Los lineamientos expuestos en el evento reseñado al inicio del texto acerca de la implementación de un programa de seguridad estructural se centran en 5 acciones generales:

1. Valoración de la seguridad estructural y la vulnerabilidad en la línea vital sanitaria.
2. Intervención de la vulnerabilidad en los establecimientos existentes (reversión de la vulnerabilidad y gestión correctiva del riesgo).
3. Planificación y optimización de las normativas para el desarrollo de nuevos proyectos (gestión prospectiva del riesgo).
4. Fortalecimiento de los preparativos para emergencias y desastres.
5. Seguimiento, monitoreo, revisión y mejoramiento.

Promover el mejoramiento de la seguridad estructural a todo nivel, en todo tipo de edificaciones, sobre todo en aquellas que forman parte de las líneas vitales urbanas es primordial para enfrentar escenarios de desastres y reducir la posibilidad de que estos se materialicen.

La Prevención Sísmica: Responsabilidad Compartida para evitar Desastres.

En tiempo reciente, sismos de diversas magnitudes se han generado en toda Latinoamérica, de los cuales muchos han sido solo perceptibles por equipos sismo-métricos, otros porque han ocasionado daños severos en regiones de países como Ecuador, México y Perú. Pese a esta realidad, la prevención sísmica sigue sin ocupar el lugar que requiere en la región como estrategia de reducción de riesgos de desastre sísmico.

Una frase muy conocida del escritor y periodista Mexicano Juan Villoro dice… «Los terremotos son los inspectores de la honestidad arquitectónica, hacen la auditoria que jamás hará el gobierno», deja en claro una realidad generalizada en la ingeniería urbana, pues son muchas las edificaciones que no fueron realizadas siguiendo especificaciones técnicas y colapsan al ocurrir los sismos.

Algunas edificaciones colapsan por ser de vieja data y no hacer sido acondicionadas a criterios de sismorresistencia actuales, por lo que no cumplen con las normativas vigentes en la materia; otras por ser producto de la auto-construcción (procesos informales de edificación en comunidades populares) así como por el empleo de materiales no regulados, y un último grupo de edificaciones que fallan por haber carecido de diseños óptimos y ser edificadas siguiendo métodos constructivos deficientes , lo cual las puede colocar en el mismo grupo de las primeras, teniendo como agravante en común, el hecho de la ocurrencia de omisiones involuntarias o muy voluntarias (la corrupción en un agente potenciador de desastres muchas veces ignorado) por parte de los entes competentes para fiscalizar overificar la situación de todas estas clases.

Otra muy pertinente  reflexión que aprendí del Dr. Ronald Torres (catedrático de la Universidad Central de Venezuela), señala que «existen dos tipos de estructuras: las que se diseñan y las que se caen», lo que nuevamente deja en claro que la problemática con la ocurrencia de los fenómenos sísmicos no radica en los eventos en sí, sino que se orienta más a la vulnerabilidad de nuestras edificaciones, aunado a otros tipos de vulnerabilidad, asociadas con el territorio, condiciones socio-económicas y políticas.

Acerca de la vulnerabilidad estructural, son muchos los centros de investigación que han realizado estudios sobre la interacción entre los medios roca-suelo-estructura y el desempeño de materiales (estudios reológicos, diseños sismorresistentes, etc.), además de estudios que se enfocan en la caracterización de la amenaza sísmica (microzonificación sísmica, levantamiento de registros históricos sísmicos), como de la conducta de la sociedad en diferentes momentos, asociados a la ocurrencia de sismos destructivos. Pero todos estos apuntan al mismo objetivo: prevenir la materialización de los desastres.

La prevención sísmica cuenta entonces con diferentes aristas, siendo que cada ciudadano, desde su área de conocimiento o de acción, puede aportar a desarrollar y fortalecer la prevención:

Por un lado los investigadores profundizando sus estudios y  difundiéndolos; los gremios y sociedades de ingenieros promoviendo la implementación de buenas prácticas, actualizando las normativas técnicas y exigencias constructivas; las universidades desarrollando programas de extensión para reeducar a los constructores populares; los educadores a todo nivel impartiendo la enseñanza sobre el entendimiento de los fenómenos sísmicos, el reconocimiento de las potencialidades y regulaciones naturales de los territorios, y practicas de autoprotección; y las instituciones del estado implementado políticas públicas orientadas a la prevención sísmica, consolidando a los organismos de respuesta a través del equipamiento y entrenamiento requerido para el despliegue adecuado en situaciones de emergencia, instruyendo la generación de planes de contingencia y mejoramiento de la seguridad de las líneas vitales, y de manera prioritaria, favoreciendo la constitución de mecanismos que contribuyan a la transparencia en la inspección y certificación de la seguridad estructural de edificaciones existentes y proyectos a desarrollar.

La prevención sísmica, al igual que la prevención en otras áreas, mientras más oportuna sea, resulta más eficaz, en la medida que permita instaurar conductas que hagan más consciente a la ciudadanía en la adopción de hábitos de autoprotección, dejando a un lado además a la informalidad urbanística la falta de planificación. Finalmente, es fundamental que el estado y la sociedad en estrecha cooperación, comprendan, que la inversión en la prevención, disminuye significativamente la posibilidad de ocurrencia de desastres, los cuales tienen un impacto económico contundente que constituyen obstáculos y conllevan al retroceso del desarrollo productivo territorial.

Webinario: Incidencia del Cambio Climático en la Seguridad Urbana

El webinario «Incidencia del Cambio Climático en la Seguridad Urbana» abordará la relación que existe entre la generación y aumento de escenarios de vulnerabilidad en ámbitos urbanos y el cambio climático desde un enfoque de la seguridad urbana, presentando una visión que cambia la tradicional percepción de confianza por una perspectiva integral de fortalecimiento de los medios de vida en las ciudades.

Este seminario online será realizado por el Ing. Miguel Ángel Morales, que expondrá parte de sus investigaciones referentes a los efectos actuales y futuros del cambio climático sobre las urbes.

Los puntos que se expondrán son:

  • Revisión de las variables que definen a la seguridad urbana
  • Crecimiento y desarrollo urbano
  • Susceptibilidad de líneas vitales ante el cambio climático
  • Desafíos de la sociedad frente al cambio climático
  • Políticas públicas de gestión de riesgos y adaptación al cambio climático

El webinario es un evento gratuito y tendrá una duración de 45 minutos, requiriendo realizar el registro a través de nuestra página web para poder participar.

La modalidad consistirá en la exposición de los puntos indicados  y una sesión de preguntas y aportes por los participantes.