28 abril 2024

El propósito de los Estudios Geológico-Geotécnicos

Los estudios geológico-geotécnicos son requeridos para una gran cantidad de proyectos dentro del pliego de documentos de factibilidad técnica como insumo para los diseños de los mismos, sin embargo, en muchas situaciones estos no cumplen su propósito, debido a que no son debidamente planificados, no tienen claro su objetivo, o solo se usan como meros requisitos que deben presentarse. Por esto, el propósito de los estudios geológico-geotécnicos es lo primero que debe definirse antes de acometerlos.

La caracterización de un terreno persigue el objetivo de conocer las propiedades físicas y mecánicas de los materiales que constituyan el área de influencia a intervenir, especialmente a nivel de la infraestructura, por lo que definir los diferentes materiales que estén presentes, su distribución, capacidades y problemas que en ellos se pueden presentar es esencial, pero también acerca de la estabilidad de taludes circundantes, bien sea estos a excavar o ya existentes.

La caracterización de un terreno involucra el estudio de las condiciones superficiales y sub-superficiales de este, la distribución y calidad de los materiales y la situación del agua en ellos entre otros aspectos.

Para ello, es necesario seleccionar qué técnicas de trabajo y que propiedades se quiere conocer del subsuelo, estableciendo los equipos, tipos y cantidad de muestras, pruebas y cantidad de ellas a realizar, considerando un presupuesto usualmente limitado, y tiempos poco holgados para esto. Por tanto, se debe propender a un equilibrio de nivel de certidumbre técnica adecuada y economía que garantice que el estudio a desarrollar cumpla sus fines, lo cual también estará regulado por la relevancia de la obra para la cual este se requiere.

Elegir una propuesta de estudio solo considerando uno de estos aspectos (nivel de certidumbre técnica o economía), puede ir de lo poco realista a lo negligente. Si se va por el primer extremo se corre el riesgo de hacer un estudio muy costoso, en el que se redunde en información o tome demasiado tiempo de ejecución; y en algunos casos, en el que se soliciten pruebas que carezcan de utilidad directa para el proyecto o que no sean necesarias; si se va por el extremo opuesto, el estudio puede ser poco útil al ser imprecisa o incompleta la información obtenida, o en el peor de los casos, que no caracterice los elementos o problemáticas relevantes del terreno, por lo que se tenga una documento que en contenido no sea un estudio geológico-geotécnico a cabalidad.

Algo que sin lugar a duda debe considerarse, es que un estudio que no aporte comentarios de valor, interpretaciones sustentadas sobre los resultados, una integración de la información y conclusiones bien fundamentadas, no constituye un estudio responsable que cumpla con los estándares técnicos mínimos.

Quien redacta un estudio geológico-geotécnico debe hacerlo para que este sea de fácil comprensión, y con la información organizada procedimentalmente respecto a distintos aspectos como, por ejemplo: el tipo de materiales identificados, espesores, procedencia, plasticidad, situación del nivel freático, capacidad portante, problemas geotécnicos detectados, entre otros, todos ellos cuanto deban determinarse y comentarse, tanto si son definidos en los objetivos requeridos para el estudio, como por la experticia de los profesionales participantes.

Los resultados de un estudio, más allá de las cifras y las descripciones básicas requieren de una lectura y “traducción” de parte del especialista responsable del estudio, que lleve a términos prácticos lo que estos representan, una curva granulométrica por ejemplo es una fuente para muchas consideraciones, al igual que los límites de Atterberg, que, si solo se presentan como un producto y de forma aislada, pierden parte de su transcendencia, y esto a sabiendas que son propiedades índice y que existen muchos otros datos más que pueden aportar datos importantes.

La realización de muestreos y medición de propiedades a distintas profundidades y en diferentes puntos puede permitir la elaboración de perfiles que permitan interpretaciones valiosas sobre el subsuelo y que pueden ser de mayor interés que los datos mostrados de manera separada.

Los ensayos granulométricos y sus respectivas curvas granulométricas son un elemento común en la mayoría de los estudios geotécnicos para caracterizar los suelos.

Finalmente, debe resaltarse la experiencia práctica y el conocimiento teórico de los profesionales que participen en la propuesta y ejecución de estos estudios, acompañada de la intuición que permita en reconocimientos en campo, definir el tipo de pruebas de campo, el número de las mismas y ubicación de estas que se pretenda realizar, además, del saber “leer y entender” los resultados que estas aporten; por lo cual, quien requiera un estudio geológico-geotécnico deberá primero definir qué necesita conocer, para qué empleará la información obtenida y a quién confiará la tarea de realizar estos trabajos.